Tienes todo el día…
Todo se desborda y no sabes por dónde seguir…
Tus prioridades tampoco están claras…
¿Qué haces hoy entonces?
Primero analiza tus tareas pendientes:
¿Terminas ese informe de facturación?
¿Buscas información sobre seminarios de gestión logística?
¿Persigues a ese distribuidor para ofrecerle una nueva oferta?
¿Acabas el listado de mercancía devuelta en el último trimestre?
¿Acabas con el estudio de gastos que te han solicitado los de contabilidad?
¿Apremias a los de ventas para que terminen el informe sobre las desviaciones del presupuesto?
¿Consultas al abogado sobre ese nombre comercial que se parece peligrosamente a una conocida marca?
¿Terminas por fin el plan de rutas para que los comerciales minimicen sus disparados costes de kilometraje?
Y ahora sigue esta regla:
“Compórtate como si mañana te fueras de vacaciones.”
Imagina que no vuelves en un mes. ¿Qué terminarías? ¿Qué dejarías a medias? ¿Qué pospondrías? Tu sexto sentido procesará al instante tus necesidades primarias.
Mañana te recluirás un mes en una isla desierta y sin teléfono ¿qué harías? Esta es una manera que te sacará de apuros.
Ante la duda ataca siempre lo importante. Pero si llega un momento de caos y las decisiones no están claras imagina que mañana te vas y vuelves dentro de un mes.
Olvídate de empezar el día revisando esa eterna pila de papeles, (que al final siempre acaba igual). Empieza el día pensando en que mañana vas un mes de vacaciones.
Será la diferencia entre tú y los que seguirán con una mesa llena de papeles.
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