¿Sabes de qué trata La Teología de la Liberación?


Las mayorías de las religiones occidentales, siempre se han comportado en la posición de padres, es decir justificando la imposición de las doctrinas, las que han clasificado en el nivel de dogmas. Recuerda que un axioma en geometría es aquel que se da por verdadero y no se puede discutir.
Por ejemplo, dos puntos determinan una recta, el espacio tiene infinitos puntos, etc... Tú no puedes discutir un axioma. Lo mismo ocurre con los dogmas que son utilizados en religión y política. Por ejemplo, Dios existe y si tú dudas perteneces al demonio. Fulano es el mejor presidente, si no opinas así eres un traidor.
Basta el transcurso de una generación para que una cosa buena se convierta en mala y para que una deducción acerca de la experiencia se convierta en dogma.
El dogma dice: "¡No pienses! ¡No seas persona!" Las ideas entronizadas en dogmas pueden incluir conceptos buenos y juiciosos, pero el dogma es malo en sí mismo porque se le acepta como bueno sin previo examen.
Esencial a la mayoría de las prácticas religiosas es que consientas con la pasividad de un niño la aceptación de los dogmas autorita¬rios como un acto de fe,. Así, cuando la moral se encasilla dentro de la estructura de la religión, es, esencialmente, autoritaria. Dogmática.

Es anticuada, a menudo acrítica, y con frecuencia contradictoria. Ya he señalado antes que, dado que cada cultura difiere en cuanto a la es¬timación del valor de las personas, y siendo así que esta información se transmite a través del autoritarismo, no hay manera de apoyarse en el fanatismo para llegar a un acuerdo sobre el valor de las personas.
Así, la moral del extremista religioso, lejos de fomentar la idea de una ética universal, que rija para todos los hombres, impide la formulación de esa ética.. La posición yo estoy bien —y a ustedes los veo muy bien, es imposible si este juicio depende de que ustedes acepten lo que yo creo.
Así, cuando la moral se encasilla dentro de la estructura de la religión, es, esencialmente, autoritaria. La transmisión de las doctrinas cristianas sin intervención de la tolerancia y el equilibrio ha sido el mayor enemigo del mensaje cristiano de la gracia.
El mensaje cristiano ha sido deformado a través de la historia para adaptarlo a las modalidades de juego de cada cultura en la cual ha sido introducido. 

El mensaje de nosotros estamos bien —ustedes están bien se ha retorcido una y otra vez hasta convertirlo en una posición de nosotros los religiosos estamos bien — pero ustedes las personas comunes están mal si no nos siguen, bajo cuyo lema se ha perseguido a los judíos, se ha establecido como algo moral y legal el racismo, se han desencadenado frecuentes guerras religiosas, se ha condenado a las brujas a la hoguera y se ha asesinado a los herejes.
Pero este comentario, viene a colación de algunas derivaciones del extremismo religioso, que ha pasado a provocar graves problemas en varias naciones de Latinoamérica. 

Este absolutismo religioso del que hablamos, que esquiva el mensaje cristiano que predica: nosotros los cristianos estamos bien, ustedes que todavía no son cristianos también están bien, los invitamos a unirse a nosotros.

Y me refiero a un acontecimiento, con bases religiosas, que pretende imponer una supuesta salvación a la gente del mundo, por la fuerza. Esta es La Teología de la Liberación.
La teología de la liberación es un intento de unir el cristianismo con el marxismo. Esto presenta problemas serios porque el marxismo es ateísta, proclama la lucha de clases y trae consecuencias desastrosas cuando quiera que sus prescripciones se lleven a la práctica. Gustavo Gutiérrez (Gustavo Gutiérrez Merino es un filósofo y teólogo peruano, ordenado sacerdote en 1959 y dominico desde 1998, creador e iniciador de la Teología de la Liberación) y otros teólogos liberacionistas tratan de vencer estos problemas usando el método dialéctico y hablando de la praxis marxista en términos utópicos.
Según Gutiérrez, el énfasis marxista sobre la praxis y la transformación del mundo ha tenido influencia considerable sobre la teología. Con aprobación él cita la declaración de Sartre que dice que "el marxismo, como marco formal de todo pensamiento filosófico de hoy, no es superable".
Escribe que el contacto cercano con aquellos que ven a las realizaciones de la historia desde un punto de vista marxista ha llevado al cristianismo a una revitalización de sus valores escatológicos, "que no sólo señalan lo provisional de los logros históricos, sino, sobre todo, su abertura hacia la total comunión de todos los hombres con Dios". 

Cree que el anhelo humano por la liberación contiene la posibilidad de gozar una verdadera existencia humana que ve la historia como conquista. Esta conquista, ayudada por la aparición de la ciencia y el método científico, ha resultado en una imagen nueva del mundo y del hombre mismo.

Tradicionalmente, y hasta años recientes, en la América Latina solo se absorbían ideas-novedades o sistemas europeos que usaban el continente joven como laboratorio gratuito. Ideologías y teologías norteamericanas hacían lo mismo.
Por otra parte, existen las realidades económicas y sociales que siempre parecen más tangibles y pre¬sentes que las ideas de las cuales inexorablemente brotan y en las cuales se nutren.
En este complejo de engranajes ideológicos, económicos y sociales, algunos líderes del pensamiento autóctono vieron la realidad de unos pocos explotadores e incontables explotados, de ricos que se hacen más ricos y pobres que se empobrecen, de palacios orientales para menos y barrios de miseria para las mayorías: Así nació la Teología de la Liberación.
Pero no te engañes, es una imposición absurda la idea de un cristianismo marxista. Bien dijo Jesucristo, "mi reino no es de este mundo".
Adjunto con este artículo, te entrego un libro que explica totalmente la doctrina de la teología de la liberación. Los resultados de esta teología, han sido guerrilla, muerte, destrucción, raptos, avasallamientos y todo tipo de excesos, y en el continente lo siguen haciendo.
El mensaje de esta doctrina es que todo cristiano no marxista, merece la muerte. El riesgo de esta doctrina, gravita sobre los más jóvenes, cuando corresponda realiza la advertencia correspondiente.
Y como último recuerda que si no existe la crítica, no existe la libertad. No hay libertad sin crítica.

                                                                                                                                               Nelson Astegher

Teolología de la Liberación.pdf

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