"EL JOVEN QUE FRACASABA" Una historia verdadera por Nelson Astegher

[Nelson Astegher]

Era un joven de veintidós años, asociado de un negocio, en el cual fracasa y le queda demostrado que es mucho más fácil fracasar que triunfar.
Intenta nuevamente, ha logrado en dos años de gran esfuerzo reunir una pequeña suma que le bastará nuevamente para probar su fortuna, ahora con un poco de experiencia, intentará no caer en los mismos errores, pero ahora por culpa de su socio los lleva a ambos a la quiebra.
Pasan otros dos años y consigue un nuevo socio para comenzar otra vez, pero éste es un bebedor adicto, y este joven ve como se desvanecen sus esperanzas de triunfar y salir adelante. El negocio está abrumado por las deudas y los socios deciden buscar quien les compre. Antes de cualquier compra muere el socio del joven, y queda como único responsable de todo el pasivo del negocio.
Le sería muy fácil declararse en quiebra y así no pagar, pero con ánimo resuelto decide cancelar hasta el último centavo y lo logra el día en que cumple ya treinta y nueve años de vida.
Cómo si fuera poco, y después de irse recuperando de estos fracasos, le llega un golpe más cruel, directo al corazón, una herida de la cual difícilmente sanará: la mujer que ha sido el grande, el verdadero amor de su vida, desciende al sepulcro, en cuya tierra siente él, dejar enterrada para siempre su alegría de la vida.
La vida es pesada, su mente se niega a reconocer la realidad, y su cansada razón ansía el reposo eterno de la muerte. Para evitar la locura debe irse a quinientos kilómetros de allí, a la casa paterna, en busca de alivio a la eterna melancolía que amenaza ya acabar con su razón.
Transcurren diez años, y creyendo que puede entrar a la política, un grupo de amigos lo animan para enviarlo al Congreso y sale electo y después de dos breves períodos de sesiones, los electores le niegan sus votos cuando presenta de nuevo su candidatura. Pasa en triste oscuridad, otros nueve años. Pero quienes lo conocen creen que debe ser candidato a Senador. Pero en la Convención de su partido, amenaza la división y pensando en que no sucediera eso, designan en reemplazo suyo a un amigo.
Dos años después vuelve a la plaza pública, el rival es de grandes debates públicos y de gran popularidad, de fácil palabra y muy entrenado en las luchas electorales. Y por supuesto pierde ante el afortunado rival. Esto sucede cuando ha cumplido ya cincuenta años. ¡Medio siglo de vida en el cual no le ha sonreído el éxito por ninguna parte y ni una vez tan siquiera¡
A los dos años de aquella espantosa y abrumadora derrota, el hombre que durante su ya larga vida ha sufrido tantas derrotas, ve llegar el triunfo que compensa todos sus fracasos: ¡Ha salido electo Presidente de los Estados Unidos!
La historia que acabo de relatar es la de Abraham Lincoln, el hombre del destino, el hombre que cambiaría la historia. El campeón de la libertad.

¿Qué hubiera ocurrido si este hombre hubiese abandonado todo al primer infortunio?, si hubiese pensado que al primer escollo la oportunidad de progresar en la vida desaparecería y hubiese desistido.
Si él no abandonó, ante las tales tormentas de la existencia que se le oponían, que nos queda para ti o para mí.
¿Te sientes en un gran fracaso porque tu trabajo no fue reconocido por tu jefe?, ¿consideras que la platica para tus jóvenes no fue buena y no quieres seguir adelante?, ¿la persona que amas y con la cual podrías casarte no te corresponde?, ¿sientes que el tiempo pasa y no has logrado nada?.
Recuerda que tus sueños no pueden sepultarse en el primer fracaso y que debes seguir caminando y aprendiendo, pues llegará inexorablemente el día en que veras logrados todos tus sueños. Por último, ¿que hubiese pasado si Carlos Devis hubiese abandonado cuando era un joven vendedor callejero y nunca hubiese dado el paso que lo llevó a ser el gran hombre que es hoy y que beneficia a miles de personas?. Tú también triunfarás y cumplirás tus sueños, mantén tu fe en alto, no dudes, aunque tengas mil caídas (nunca son tantas) y llegarás a tu meta siempre.

[Nelson Astegher]

Muchas gracias por tu comentario Diana, me alientas, porque si logré una reflexión, he logrado el encuentro de la conciencia con el alma. Valoro tu agudeza de pensamiento. Un abrazo, Nelson.

[Diana Campo]

Poderosa reflexion, alimenta mi esperanza y me ayuda a verme con firmeza ante las dificultades, gracias Nelson. Me gustan mucho las preguntas del final.