EN BUSCA DE UN MAESTRO

[Nelson Astegher]

 Es el año 350 antes de Cristo y la ciudad de Atenas se halla vestida del juvenil esplendor de la sabia Grecia. Hace alrededor de un siglo ya que el hermoso Partenón corona el monte Acrópolis, paraje de templos que preside la hermosa Atenea, diosa madre de la ciudad.

Por las calles de la metrópoli se acerca un hombre maduro, de corva espalda y luengas barbas. Hay pobreza en sus vestidos y vigor en su mirada. A pesar de que el sol abraza la septentrional ciudad, trae el anciano en su mano una lámpara encendida. —¿Qué buscas Diógenes? —preguntan todos— ¿Qué busca el filósofo?. El ilustre pensador los mira queriendo desenterrar la fibra humana oculta en sus corazones, y dice ceremonioso: —Busco... un hombre íntegro.

Siglos han pasado ya. El tiempo ha semienterrado las memorias pétreas de la ilustre ciudad griega . . . mas la búsqueda continúa. ¡Mirad los ojos de los jóvenes! Susurran quedamente: un hombre íntegro que sea . . . nuestro maestro.

Por qué buscar al maestro en un hombre integro “El gran factor que influye en la clase es el maestro, su personalidad, lo que piensa, no sólo lo que dice, sino lo que es él verdaderamente en su corazón—esto es lo que influye en sus alumnos” Cada persona que entra en el campo de la enseñanza asume la responsabilidad de cooperar con cada joven bajo su tutela y en hacer de él, un alma viviente y palpitante, un carácter elevado. La responsabilidad del maestro, sin embargo, no termina en su deber de enseñar la verdad positivamente. Esta cae tanto en lo que no se debe hacer como en lo que se debe hacer. En el jardín de las almas humanas, como en el campo de las aspiraciones humanas, hay espinas y abrojos tanto como flores y plantas útiles. Merece condenación quien destrozaría en la mente del niño una flor de verdad, y plantaría en su lugar una semilla de error.” La responsabilidad y deber de cada maestro es vivir una vida elevada y ajustarse a altos ideales de ética.

El poder de encender

Cuando miramos a través de los años y escudriñamos nuestra memoria buscando a las personas que han influido más en nuestra vida, a menudo descubrimos un maestro que, no sólo nos ha rescatado del fracaso, sino que ha despertado en nosotros el interés que estaba dormido, cambiando así la dirección de nuestra vida. Todos nosotros tuvimos maestros que no eran malos; venían a la clase, sabían su materia, mantenían la debida disciplina pero no estaban inspirados y por consecuencia tampoco lo estábamos nosotros. Los maestros que nunca olvidamos son aquellos que enseñaron con el corazón, que azuzaron nuestra imaginación y que despertaron nuestra mente. Ellos enriquecieron nuestra vida en una forma que otros no lo hicieron. Todos los grandes maestros tienen dos cosas importantes en común: amor a la enseñanza y amor hacia aquellos que enseñan. El enseñar es parte de su mismo ser. . La medida de la verdadera enseñanza es el poder de encender—de despertar. No hay otra palabra en nuestro idioma que exprese tan acertadamente el proceso por el cual uno es educado, que esa palabra. Sólo cuando el amor a aprender arde en su corazón, puede usted encender ese amor en el corazón de otros—esta es la enseñanza cumbre.                       

                                                                                                                                                Nelson Astegher

[Nelson Astegher]

Hola Cesar: coincido contigo en tu comentario, creo que el espiritu de Dios que pugna con el hombre, nos incita a obtener sabidiría. Aunque fue escrito que quien desee tener sabidiría la puede pedir a Dios el cual da abundantemente y sin reproche. Quizás muchos se alejan de la sabiduría pues también fue escrito que el mucho estudio es fatiga de la carne y el que añade ciencia añade dolor. Pero es maravilloso saber y entender, es quizás uno de los mayores regalos de Dios. Un abrazo, Nelson.

[Cesar Garcia Diaz]

Tanta enseñanza, tanto el mensaje de nelson como las reflexiones o comentarios ya aqui razonadas, seguimos debiendole a la naturaleza, Vida y conocimiento que compartimos aqui los que nos gustamos de estar por compromiso de nosotros mismos y con los bellos detalles del Señor, muchas gracias por seguir siendo Luz en este nuestro caminar.-Felicidades

[Nelson Astegher]

Hola Luis: tu has vivido como yo la inoperancia de los maestros mediocres, pienso que no podemos salvar al mundo, pero si poner nuestro grano de arena para formar jovenes que llegarán a ser buenos maestros. Un abrazo. Nelson.

[Luis Fernando Ramirez Gallo]

¡que verdad es esto! pero que  difíciles los maestros de hoy en día,  empezando que la mayoría no saben escuchar y carecen de asertividad muchas gracias señor Nelson

[Nelson Astegher]

Estimado José: uno está en la enseñanza porque siente el fuego interno que nos impulsa a buscar conocimiento y a compartirlo, creo que hacemos en muchos casos mas que formar alumnos, creo que lo  nuestro es ayudar a formar vidas. Después de todo gran parte del salario de un maestro no viene en un sobre. Te felicito por tu dedicación y celo. Un abrazo de Nelson.

[jose medrano treviño]

cada inicio de mi jornada laboral como maestro mi mente y mi corazon llevan una fuerza de vountad un deseo de sentir ese calorcito tan agradabe que da la satisfaccion de sentirse necesario en el desarrollo , formacion y felicidad de los alumnos, sin embargo a pesar de mi estado de animo no encuentro esa llave magica,

le aseguro que estas reflexiones es un alimento que seguiran enrriqueciendo mi espiritu de lucha.