Es una aptitud virtuosa y una de las cualidades que se ameritan para el cultivo de la disciplina. Es una aptitud porque la paciencia nos capacita para saber darle tiempo al tiempo. Y es una virtud porque quien la posee se encuentra dotado de una fortaleza de espíritu que vine acompañada de fe y esperanza para mantenernos firmes ante las tribulaciones.

Se tiene paciencia cuando se acepta que todo tiene su momento y estamos dispuestos a esperar que ese momento llegue cuando tenga que llegar. La paciencia es el arte de la espera sin desespero, sin angustias, sin ansiedad y sin temor. Cuando entendemos que todo está sujeto a un ritmo que fluye naturalmente, aprendemos a no cosechar los frutos antes de que estén maduros. Porque la impaciencia solo puede violentar los procesos y abortar los resultados felices.

En algunos aspectos de la vida, podemos saber con anterioridad cual puede ser el orden y cuanto hay que esperar, como ocurre con las estaciones. Sabemos que a la Primavera le sigue el Verano, a este el Otoño y luego el Invierno. ¿De qué nos sirve desear la primavera cuando estamos en otoño? Esto solo puede traernos tristeza y desilusión. ¿No sería más productivo apreciar las hojas rojas y anaranjadas en los árboles, disfrutar del viento Otoñal mientras alfombras de hojas se rinden a nuestro paso?

En otros aspectos de la vida no nos es posible conocer el devenir. No sabemos cuándo aparecerá “la” persona que esperamos para que se convierta en nuestro compañero de toda la vida, no sabemos ni podemos saber cuándo se acabará esta situación política o económica o social que tanto nos afecta.

Entones, si pudiésemos contar con la fe en la existencia de un Orden Superior, si tuviésemos la fortaleza de creer en lo que no podemos ver. Podríamos reconocer que así como en la Naturaleza todo ocurre de acuerdo a un orden y a un ritmo, que todo tiene su lugar y su momento oportuno; existe también una Realidad Espiritual. Una Dimensión que le brinda sentido y propósito a la vida más allá de lo que podemos ver, una realidad que se rige también por los mismos principios de las Leyes Naturales como lo son: la Ley de Causa y Efecto, el Principio del Ritmo, el Principio de Sin cronicidad, etc.

Cuando aprendemos a aceptar que no podemos esperar un efecto mientras no se hallan sucedido las causas que le darían origen, la Paciencia será también un signo de Sabiduría. A veces esperamos resultados cuando no hemos realizado aun las acciones apropiadas y, no podemos obtener sabiduría mientras no hayamos procesado apropiadamente los conocimientos. Por eso se considera a la impaciencia como una de las características de la juventud. Los jóvenes viven a una elevada velocidad y quieren todo para ya. Ciertamente que difícilmente un adolescente puede esperar a los dieciocho años para manejar un vehículo, para ir a una Discoteca o para consumir bebidas alcohólicas. Así que, si decíamos que la paciencia es un rasgo de sabiduría, podemos afirmar también que la impaciencia en una persona adulta es un rasgo de inmadurez.

Cuando decimos que alguien perdió la paciencia, ¿qué significa esto? ¿Qué la tuvo y la perdió o será más bien que no la ha tenido? Porque la paciencia es parecida a la Tolerancia, o la posees o no la posees. Si alguien toleró algo durante algún tiempo hasta que se le acabó la tolerancia, ¿Qué pasó allí? ¿Es tolerante o no lo es?

A mi modo de ver, lamentándolo mucho: No es tolerante. Si se tiene paciencia hasta que se acaba la paciencia, es porque no se tiene paciencia. Si bien existen muchos aspectos de la vida en la que las cosas no son o blancas o negras, porque existe una gama de grises en el medio. Existen otros aspectos, en los que no puede haber tanta flexibilidad, y las cosas, son blancas o negras. Si te preguntasen, si una camisa está sucia o limpia, uno no responde “está medio sucia o medio limpia”. ¿Cierto? Aunque la mayor parte de la camisa esté limpia, basta una sola mancha para considerarla sucia. Pues así ocurre con la paciencia y con la tolerancia. Son valores absolutos. Se poseen o no.

Viéndolo de esta manera, la paciencia es una aptitud virtuosa, es una Fortaleza fruto de la madurez y de la sabiduría. De manera que cultivar la paciencia, será siempre una inversión productiva. Para cultivar la paciencia, necesitamos vivir más conscientemente el aquí y el ahora, estar más atentos a lo que ocurre dentro y fuera de nosotros, más atentos a las señales para saber hacia dónde sopla el viento. Necesitamos bajar la velocidad, aprender a vivir no solo un día a la vez sino un instante a la vez. Porque la impaciencia implica vivir proyectado hacia un futuro que aun no ha llegado. Somos impacientes porque no sabemos apreciar ni vivir en el presente, así que ilusamente nos fugamos a un supuesto mejor futuro. Si no aceptamos el presente, ¿Que nos hace pensar que aceptaremos el futuro? Si no agradecemos el presente, ¿Cómo se nos ocurre pensar que mereceremos un mejor futuro? Así que, debemos revisar cómo anda la fe, cómo se encuentre nuestra vida espiritual y nuestra relación con la trascendencia. Gracias a la paciencia entonces, podremos disfrutar de las frutas cuando haya llegado el momento justo para que los sabores hayan madurado a la perfección. Pero no olvidemos sembrar con felicidad en el presente las semillas de la felicidad futura.   

DR.  EFRAIN   HOTMAN

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Comentario de Erendira Esperanza Baez Vallejo el noviembre 3, 2012 a las 10:38pm

Hola Luzmila, gracias por lo que nos compartes. En verdad me has dejado reflexionando...

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