Estrategias De Pensamiento Para Jovenes Mas Felices Y Exitosos
EL FIN DE LOS METARRELATOS
En la historia de la filosofía, cada sistema presentado por cada filósofo, propone una manera de salvar el sentido de la existencia. Si bien esto es lo que le interesa el filósofo, y nos interesa nosotros, queremos saber por qué queremos vivir, para qué vivir y cómo vivir de la mejor manera.
La historia de la filosofía puede resumirse como la pérdida de los fundamentos del pensamiento humano. Al principio Dios, era el fundamento de los fundamentos, luego se fue marginando esta idea, desplazando la idea de Dios y luego ignorándola completamente. Como resultado podemos decir que la historia de la filosofía es la búsqueda de fundamentos nuevos y seguros que puedan apoyar el sentido que queremos de la vida.
Pero la existencia de fundamentos seguros, es realmente escasa y no se encuentran fácilmente pensamientos que nos infundan una seguridad total para vivir. La crisis del pensamiento es tal que la necesidad de esa seguridad es casi vital. Luchamos continuamente, contra la inseguridad resultante de nuestra propia existencia. En esto consiste precisamente, el nuevo pensamiento, en realidad se identifica como un movimiento, llamado posmodernidad. Porque lo moderno enaltece a la razón en lugar de Dios. Enaltece a la ciencia, la tecnología y en ella establece el fundamento de lo humano y de la misma solución humana.
En pleno siglo XX, también este fundamento comenzó a disgregarse, la razón, la lógica, la misma contemplación del enfoque científico, forman parte de las tantas visiones que podemos tener de la realidad. Estas visiones, no son únicas, no son exclusivas ni tampoco son visiones superiores. La misma modalidad no apoya totalmente esta forma de pensar. La posmodernidad, es la caída de todos los metarrelatos, (meta significa “más allá”, y un relato es una historia. Un metarrelato será, por tanto, una historia más allá de la historia, que es capaz de abarcar otros "pequeños relatos" en su interior, dentro de esquemas abarcadores, totalizadores, trascendentes o universalizadores). Es decir los metarrelatos, son las grandes historias que cada generación ha sostenido como fundamento para su manera de crecer, pensar, y vivir. El cuento que está detrás y debajo de todos los cuentos es el Meta-relato.
Antes, el mundo es lo que decíamos del mundo, ahora comienza a dominar otra idea, el mundo es lo que nosotros decidimos decir acerca del mundo.
La filosofía de la posmodernidad, es la hermenéutica. Vivir es interpretar, porque la realidad que conocemos es lingüística. Nos podríamos preguntar si creemos que el progreso de las ciencias, por ejemplo, la economía y el arte, y las ciencias en general le permitirían a la humanidad, vivir en un mundo mejor.
Sin duda esta pregunta no es fácil de responder, pero podría servir como un principio de comprensión para esclarecer la diferencia entre modernidad y posmodernidad. El prototipo del hombre moderno es aquel que confía en que el curso de la historia debe estar orientado por el progreso, entonces vive y ordena su vida para eso. Para él el progreso garantiza que el día de mañana será mejor que el de hoy. En cambio en este nuevo proceso, el de la posmodernidad, surge el descreimiento, la falta de fe, y hasta un profundo escepticismo. Ya no se cree que el progreso constituya necesariamente un bien para la humanidad. En el libro "El Fin de la Modernidad", el filósofo Gianni Vattimo, dice que el progreso se ha vuelto rutina.
En la posmodernidad están desvalorizados todos los ideales y también todas las expectativas. La falta de confianza en el futuro, junto con la desaparición de los grandes proyectos comunitarios, (ideologías de emancipación, y demás utopías), deja un vacío que muy corrientemente es ocupado por el pesimismo y desinterés, que conducen al hombre de hoy a un proceso de creciente aislamiento, con todas sus consecuencias. En esta condición de pensamiento, que llamamos posmodernidad, o condición posmoderna, el hombre de hoy se ve cada vez más lejos de poder incidir con sus acciones en el curso de la historia. Hoy se experimenta la sensación de que los acontecimientos, se han vuelto independientes de los actos de las personas y que lo que la persona pueda ser es demasiado poco. Defender el proyecto moderno es defender la necesidad de fundamentar lógicamente nuestras acciones, mantener las autonomías, en el arte, la ciencia y fundamentalmente en la moral. Definitivamente es sostener que la racionalidad es la condición que posibilita un mundo donde todos y cada uno de los hombres puedan llegar a ser libres. En la actualidad muchos intelectuales y filósofos sostienen que esta posmodernidad está producida y también dominada por la cultura de los medios de comunicación, y como actriz principal en su centro, la televisión.
Los medios de comunicación, permitieron la llegada a la opinión pública de todo tipo de minorías. Es un proceso de pluralización, que impide un punto de vista único acerca de la realidad. Es decir la evaluación de la realidad que vive cada individuo. Muchos pensaron que la función de la televisión y la información circulante darían como resultado una sociedad más transparente, de los obstáculos a la comunicación o ser eliminados. Sin embargo ocurrió lo contrario, al multiplicarse los centros desde donde surge la información, se multiplicaron también los sujetos y las narraciones, llegando a un resultado que es la fragmentación de la imagen del mundo.
El predominio de los medios de comunicación en esta sociedad actual, generó una cultura del espectáculo donde la finalidad pareciera ser, "llenar bien los ojos para vaciar la cabeza". Basta mirar un programa de televisión periodístico para ver qué la información se convierte en un show. En este sentido, podemos comprender que con el televisor el mundo se mete en nuestras casas sin pedirnos permiso, y vertiendo sus opiniones, nos guste o no, si no decidimos apagar el aparato. El límite, entre lo público y lo privado, ha sido disuelto por la invasión de los medios, con el beneficio de poder globalizarnos mejor.
Si pensamos en el poder de los medios de comunicación, cuando nos referimos a la formación de conciencia pública, podemos darnos cuenta que vivimos en un mundo complejo, plagado de informaciones, donde la realidad se fabrica cada día, creando para otros y para nosotros formas de pensar y por tanto creencias que favorecen a otros. Nuestro actual desafío es aprender a vivir en un mundo interrogado por la tecnología y la comunicación.
Recordemos, que el hombre es naturalmente un filósofo, no importa el sexo u ocupación, y no puede dejar de filosofar aunque se lo proponga. Lo que pasa que su filosofía, la de la generalidad de las personas en la que otros pensaron por ellos y está constituida por el sumario más o menos amplio, de ideas y de evaluaciones y valoraciones desde las cuales vive y cuenta, sin reparar en ellas, sin preocuparse por saber de dónde vienen, ni que significan.
Encerrado en su quehacer específico: el médico, el abogado, el investigador científico, el industrial, el obrero, labrador o comerciante no sienten la urgencia de plantearse los problemas fundamentales de la filosofía porque otros lo hacen por él y para él. El hecho de que la mayoría de los hombres no sientan la necesidad de plantearse estos problemas existenciales, no los exime de la obligación de comprender que sin este análisis no se puede vivir en un sentido auténticamente humano. Nuestros jóvenes viven imbuidos en esta realidad, inmersos en pensamientos, creencias y falacias su falta de información les configura como reales. Ayudar a estos jóvenes a analizar su realidad y motivarlos, para formar profesionales y familias sólidas, debe ser desde hoy nuestra tarea.
EL FIN DE LA MODERNIDAD Gianni Vattimo.pdf
Nelson Astegher
Comentario
Así es Luzmila, el poder para gobernar nuestra vida, es una intención milenaria de quienes guían los gobiernos de turno. Se intenta masificarnos, que todo pensemos de una misma manera, para beneficio de otros. El darnos cuenta de esto es desde ya muy valioso, y el poder transmitirlo a los jóvenes es cambiarles la vida y su futuro. Muchas gracias por tu reflexión.
Hola José: coincidiendo contigo, nuestra función como facilitadores, es clarificar al joven, hasta donde sea posible, para que pueda tener un pensamiento independiente. Esto incluye ser líder, es decir que a su vez este joven en algún momento pueda formar nuevos líderes. Es cada vez mayor, la intención de la información que recibimos constantemente, cambiar nuestra conducta para beneficio de otros, muchas gracias por tu reflexión.
Impactante este análisis amigo Nelson, se vive su realismo en le cotidianidad de nuestro trabajo con la humanidad, los que lo amasamos diariamente, no solo como facilitadores, sino como ciudadanos transeúntes de este mundo "moderno".Particularmente creo que talves no es Dios, como realidad ineludible lo que ha cambiado, sino la "idea" de El, y justamente la masificacion de las comunicaciones a través de medios tan complejos y sofisticados, ha ha "prefabricado" cualquier cantidad de ideaciones acerca de su impacto en nuestras vidas.
Las ideas, ideologías, ideales,idealizaciones, ideaciones acerca de lo real, siguen sometidas a los medios masivos de "desconexion del hombre con su espíritu", la mayoría de las creencias con las que se vive actualmente están sesgadas de intereses particulares, grupales, sectarios, políticos etc.
Tenemos un largo camino por recorrer en el campo de la comprensión y asimilación de nuestras realidades particulares en todo su contexto, para poder acercarnos a las de otros...
Un abrazo.
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