Oh Dios, haz retroceder a tu universo y hazme vivir otra vez el día de ayer

[Nelson Astegher]

Hace más de 300 años, un pensador y poeta dijo: siento dentro de mí a un hombre que está disgustado conmigo. Así lo expresaba Thomas Browne.
Estas palabras describen el sentimiento de aquellos que no consiguen encontrar la paz en su propio corazón.
La paz interna tan necesaria para una vida con felicidad y equilibrio.
Para quien no la tiene, la paz interna, esa paz que está más allá de toda comprensión, la busca con desesperación, con un doloroso anhelo de algo que muchas veces suena inconquistable.
Son muchas las causas, que pueden generar estos sentimientos, que de alguna manera van contra el sentido de la existencia.
Algunas veces porque no hacemos lo que sabemos que tenemos que hacer, y otras veces porque decididamente hacemos lo que es malo.
Esto nos hace pensar en una máxima sugerida en las sagradas escrituras: el hombre no es castigado por causa de sus pecados, sino por sus pecados mismos.
Eso es radicalmente verdadero, el pecado daña al hombre, y no una deidad celestial. Vivimos en un universo que funciona con ley y orden, la misma naturaleza obedece a la ley y las esferas de los planetas se mueven en ciclos de vida, majestuosamente, también cumpliendo una ley.

Aprendemos casi desde niños que para obtener resultados definitivos del mundo físico, tenemos que cumplir leyes, como lo han descubierto, los ingenieros y científicos y los que fabrican y construyen ingenios de todo tipo.
Surge en esto una pregunta:¿por qué cree el hombre que tiene una complejidad espiritual, física y también mental que pueda estar contra la ley y conseguir retener lo mejor de la vida?.
Esta es la gran equivocación. Cuando abusamos de nuestro cuerpo, cuando nuestras acciones son aquellas tan dolosas que perjudican nuestro equilibrio espiritual, mental y moral, se nos cobra el precio.
El resultado es, angustia, dolor, desesperación, y muchas veces las vidas caen en un declive muy difícil de equilibrar.
Decía Agustín de Hipona que el hombre nace con la ley escrita en la frente. Esto significa que instintivamente desde el nacimiento, un sentido interior nos dice lo que está bien y lo que está mal.
Normalmente eso se llama el sentido de la conciencia. Nadie puede salir victorioso si vulnera la ley escrita en su frente, al grado tal que si la vulneración es grande, el reclamo vendrá también de la ley escrita por el hombre.
Los grandes logros se consiguen respetando las leyes de la existencia, en cualquier nivel en que nos encontremos en la vida.
Definitivamente no hay progreso en la vida para quien no pueda alcanzar su paz interior. Cuando sobreviene la rotura de la ley moral, llegan a nuestros sentidos las palabras de aquel que rogaba: Oh Dios, haz retroceder a tu universo y hazme vivir otra vez el día de ayer.

                                                                                                                                                Nelson Astegher

Pensar y hacer hoy educacion moral.pdf

[Luzmila Guisao Peña]

Muy cierto, la mejor aliada de la salud física, mental y espiritual es definitivamente: La Ley...

El dolor, el sufrimiento, la pobreza que antecede a la miseria, son el resultado de las violaciones repetitivas a las leyes superiores. No lo hemos entendido, y cuando los conflictos y las dificultades se presentan en nuestras vidas, no son mas que oportunidades que nos dan para comprender, asumir y transformar.

No existen la suerte y el azar, la casualidad o las coincidencias,!existe la ley, y nada mas! Nos dieron una clave de tres palabras que trazan un camino, un derrotero para comprender el misterio de la vida: Intelecto, Lógica, Consciencia. Ellas nos conducen por el camino del conocimiento, la aceptación, y la trascendencia.

Gracias amigo Nelson.