Ser buenos padres, he aquí la confusión, padres buenos o buenos padres, quizás has oído la historia de algún antepasado tuyo, tal vez a tus padres o abuelos, sobre lo difícil que se las vieron cuando se casaron sin dinero y sin ayuda, a mí me ha tocado y los oigo hablar de ese pasado con cierto orgullo por salir adelante solos, con su valor y la ayuda de su conjugue.
Son matrimonios sólidos basados en el amor del uno hacia el otro y la convicción de que toda empresa que se quiere sacar adelante implica esfuerzo y no hay empresa más grande y más difícil que un buen matrimonio.
Uno podría pensar que si estas personas vieran a algunas de las parejas que se casan ahora con la casa puesta, auto en la puerta, un negocio instalado y toda su vida resuelta dirían que les tocó la mejor época, pero nada más lejos de esto.
Los que pasaron por épocas difíciles, salieron adelante, no quieren olvidar su pasado, sino por el contrario, sienten que fue la base que cimentó lo que han logrado, tanto en lo material como en lo espiritual, no quiero decir con esto que fue su mejor etapa, pero sí necesaria.
Empezaron solos con lo que podían en ese momento, sin espejismos, sin subsidios, y aunque esto les causó incomodidades y privaciones, no tomaron una actitud negativa, porque sabían que se tenían el uno al otro.
Además le encontraron un sentido a su sufrimiento, palabra casi inadmisible en nuestros tiempos, y gran parte de la culpa es nuestra, si, de los padres, así como siempre me incluyo: no queremos que nuestros hijos pasen incomodidades, desde niños los dejamos en la puerta de la escuela para que no caminen, les simplificamos todo para que no batallen, y les dejamos un mensaje implícito, sufrir y batallar no tiene sentido.
Después cuando estos niños se casan los papás le quieren resolver hasta el último detalle.
Si no pueden ir de luna de miel a una playa extranjera, no importa sus papás les pagan el viaje, si no podían vivir más en un departamento pequeño, no importa sus papás les pueden pagar una casa un departamento grande, y así como todo, ¿por qué hacerles el camino fácil, se los hacen cada vez más difícil porque llegará un momento en que papá y mamá ya no estarán ahí, o si están no podrán resolver otros problemas más serios.
Son estos niños jugando a casarse quienes a la primera dificultad en su matrimonio deciden mandarlo todo a volar, porque luchar por salir adelante cuesta mucho trabajo y ellos no están acostumbrados a luchar, para que si todo se les ha dado siempre sin hacer esfuerzo, en el libro el camino menos viajado, comenta que la vida es difícil, y cuando lo sabemos entonces deja de serlo.
La vida es una serie de problemas, aceptándolos y resolviéndolos es como el individuo crece, de ahí la importancia que nuestros hijos aprendan a resolver sus propios problemas, tales estés pensando que eso de resolver los problemas de los hijos, sólo pasa en las familias acomodadas que son las únicas que se pueden dar el lujo de mantener otra familia además de la suya, pero excluyendo a los que se encuentran en extrema pobreza te sorprendería si supieras como ayudan los papás de todo tipo de estratos sociales, a sus hijos a no sufrir, si tuviéramos conciencia del daño que hacemos a nuestros hijos al leerles el pensamiento y cumplir todos sus caprichos seguramente no lo haríamos.

Pero a veces sentimos que es nuestro deber, otras veces queremos que tengan todo lo que nosotros no tuvimos. Un amigo me comentaba que fue una reunión y un sacerdote les dijo a los allí presentes en su mayoría padres de jóvenes matrimonios que les estaban dando demasiadas cosas a sus hijos. Un padre contestó que simplemente quería que sus hijos tuvieran lo que nunca pudieron tener.

El sacerdote dijo: ustedes tienen lo que tienen precisamente por lo que no tuvieron. Volvamos a lo mismo, estos niños y jóvenes mal acostumbrados son pésimos a la hora de sacrificarse y no me refiero solamente a grandes sacrificios, sino a algo tan simple como ceder a la convivencia diaria, en un matrimonio siempre hay prioridades a la hora de comprar algo: de quién será la prioridad, de él, de ella, si ninguno acostumbra a prescindir de lo que le gusta, cómo harán, en el mejor de los casos aprenderán a estirar y aflojar y batallar antes de llegar a un acuerdo, pero si el egoísmo está tan arraigado que no hay manera, entonces, que, llega el divorcio, ¡claro! por incompatibilidad de caracteres y se acabó.
Asunto arreglado. Desgraciadamente la incompatibilidad de caracteres es nada menos que la imposibilidad de convivir con los demás, sólo que con el conyugue se nota mucho más porque allí sí se viven juntos.

Eso viene de estar acostumbrado a ser el centro de atención a que la vida gire a su alrededor y eso desgraciadamente se enseña en la casa, en donde se prepara a los matrimonios del futuro, así que la próxima vez que tu hijo tenga algún problema ayúdale si quieres pero no se lo soluciones, no lo subestimes, te aseguro que saldrá adelante, esto será una gran ayuda para tu futuro yerno o nuera, pero principalmente para tu hijo, ellos te lo van a agradecer, padres buenos hay muchos, pero padres es verdaderamente padres hay pocos.

No es difícil ser un padre bueno, en cambio no hay nada más difícil que ser un buen padre. Un corazón blando basta para ser un padre bueno, pero la voluntad más firme y la cabeza más clara, son todavía poco para ser un buen padre. El buen padre dice si cuando es si, y no, cuando es no. El padre bueno sólo sabe decir si, piénsalo, que es ser un padre bueno o un buen padre.
                                                                                               Notable texto tomado del Blog de Luis Castellanos.

Vistas: 205

Comentario

¡Tienes que ser miembro de Red Opciones para agregar comentarios!

Únete a Red Opciones

Comentario de Nelson Astegher el abril 1, 2015 a las 2:46pm

Siempre me pregunté como se llega a ser un buen padre, como dices luzmila lo mejor que podemos conservar es la humildad por aprender. Solo eso nos permitirá llegar a la verdad. Muy bueno tu razonamiento.

Comentario de Luzmila Guisao Peña el febrero 2, 2015 a las 8:39pm

Nunca se termina de aprender el "oficio" de ser padre y madre,cuando creemos haber terminado nuestra misión, nos damos cuenta que nos quedo mucho por hacer, que muchas cosas no salieron como pensábamos, como las queríamos.Y entonces vienen los cuestionamientos,las dudas ¿en que me equivoque, que fue lo que hice mal?

Ahora, como buenos padres, o padres buenos, solo nos queda aceptar, lo que nos corresponde sin reprocharnos, culparnos o autocompadecernos, la honestidad para mi es la clave, y en mi experiencia es el mejor camino para ganar la confianza y respeto de nuestras generaciones.Los jóvenes confían mas en un padre, madre, o educador que sea capaz de reconocer su "ignorancia" y sus equivocaciones, así como también, ejercer su autoridad y su sabiduría.

Un gran abrazo, amigo Nelson por tus aportes a la reflexión.  

www.carlosdevis.com

Visítanos en www.carlosdevis.com y entérate de todos los contenidos actualizados sobre finanzas y bienes raíces del Taller de Bienes Raíces.

Podrás acceder a programas y taller online y al mejor contenido gratuito para alcanzar tu paz financiera con Bienes Raíces. 

¡Te esperamos!

LetraFresca/Tienda Kindle

© 2024   Creada por Carlos Devis.   Con tecnología de

Insignias  |  Informar un problema  |  Términos de servicio