Existen personas a las que no les gustan los perros.
Éstas, seguro, nunca tuvieron en su vida a un amigo de cuatro patas.
O si tuvieron, nunca miraron dentro de aquellos ojos para percibir lo que había allí.
Un perro es un ángel que viene al mundo a enseñar amor quien puede dar más amor incondicional.
Amistad sin pedir nada a cambio Afecto sin esperar retorno.
Protección sin ganar nada. Fidelidad 24 horas por día.
Ah!,no me vengan con eso de que los padres hacen eso. Porque los padres son seres humanos Y cuando los agredimos ellos se irritan y se enojan.
Un perro no se enoja.
Aún cuando tú lo agredes, el retorna cabizbajo pidiendo disculpas por algo que tal vez no hizo
lamiendo tus manos para suplicar perdón Algunos ángeles no tienen alas
Tienen cuatro patas, un cuerpo peludo nariz de pelotita, orejas de atención miradas de aflicción y carencia.
A pesar de esa apariencia son tan ángeles como los otros (los que tienen alas)
Y se dedican a los seres humanos tanto o más que cualquier ángel acostumbrado a dedicarse.
A veces, un humano viste la capa de ángel y sale a la calle en búsqueda de captar algunos ángeles abandonados
a su propia suerte, y les cura las heridas, los alimenta y abriga sólo para tener la sensación de haber ayudado a un ángel...
Dios cuando nos hizo humanos sabía que precisaríamos de guardianes materiales que nos quitasen del cuerpo
las aflicciones de los sentidos y nos permitiesen sobrevivir a cada día...
Con casi nada, aún con la mirada y la lamida de un perro... ¡Qué bueno sería si todos los humanos pudiesen ver la humanidad perfecta de un perro !
Nelson Astegher
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