El aprendizaje (cambio) más importante es, sin duda, el que debe realizar el líder o el líder que desea convertirse en un buen “conductor de grupo”. Dicho aprendizaje presenta dos aspectos: a) por una parte deberá conocer, como hemos dicho, los fundamentos teóricos y principios básicos de la Dinámica de grupo, y el valor instrumental de sus técnicas; b) por la otra, es muy probable que deba modificar bastante sus actitudes y su conducta profesional.
En el primer aspecto no existen mayores dificultades, puesto que se trata de un aprendizaje eminentemente intelectual, de “sumar” algunos nuevos conocimientos a los muchos que ya posee. No puede decirse lo mismo del segundo aspecto, que involucra la modificación, el “reemplazo” de conductas y actitudes, de modalidades arraigadas a través de muchos años de experiencia escolar como alumno y como docente, y de formación profesional. Como en el caso de los miembros del grupo, y con mayor dificultad por el mayor arraigo, se trata aquí también de un re-aprendizaje, entorpecido por una evidente transferencia negativa.
El rol habitual del líder o líder difiere notoriamente del rol que desempeña el conductor o líder de grupos. Haciendo abstracción de matices propios de cada caso particular, podríamos describir ambos roles de la manera siguiente:

Rol del Conductor Tradicional                                                Rol de Conductor o Líder
(Tendencia autocrática)                                                          ( Tendencia Democrática)
Posee el saber, lo da hecho                                           Promueve el saber, enseña a aprender
Posee la autoridad.                                                                   Crea la responsabilidad
  Toma las decisiones por sí.                                                     Enseña a tomar decisiones.
Se hace escuchar.                                                                     Escucha, hace hablar.
Aplica reglamentos.                                                               Utiliza técnicas de grupo.
Marca objetivos y hace los planes.                              Propone objetivos y planifica con todo el grupo.
Se preocupa de la disciplina.                                            Se preocupa por el proceso grupal.
Califica solo.                                                                              Trabaja con el grupo.
Sanciona, intimida.                                                                  Estimula, orienta, tranquiliza.

El conductor o líder de grupo es “aquél que en uno u otro momento, ayuda al grupo a funcionar, es decir, a cumplir las funciones internas que le permiten funcionar.”
De manera más explícita, puede decirse que “lo característico del líder es alentar, estimular a los otros a que le sigan, idea que proporciona la palabra conductor; se identifica con el grupo, al que da un alma o un espíritu: es un animador. Estas dos palabras, conductor y animador, corresponden aproximadamente al vocablo inglés lea¬der-, que se adopta a falta de un equivalente exacto.”
De hecho y de derecho, en el medio escolar el rol de conductor le corresponde al educador. Él es el líder formal “o institucional”; lo cual no impide que como tal se preocupe por el desarrollo de las capacidades de líderazgo de sus miembros del grupo o que acepte la existencia natural de líderes informales o emergentes en su propio grupo de miembros del grupo.
¿Pero acaso el líder y el líder no han sido siempre los conductores o líderes de sus miembros del grupo? Desde el punto de vista de la Dinámica de grupo, en el cual nos hallamos, esto es muy dudoso. Las palabras conductor o líder poseen aquí características especificas que las diferencian netamente del concepto usual de líder o líder.
Clase y líder o líder se corresponden tanto como grupo y conductor o líder. El cuadro que figura más arriba puede servir para señalar las diferencias. Con todo, si aceptamos el liderazgo del líder y del líder, tendremos que admitir que se trata de un liderazgo que fluctúa entre el autoritarismo (autocracia) y el paternalismo, según la conocida clasificación de los líderes que nos ofrece la Sicología social.

Asimismo, la observación de la estructura y comportamiento de una clase corriente en nuestras escuelas, permite afirmar que se trata, en efecto, de un grupo que responde a las modalidades del líder autoritario y paternalista a la vez, con todas las variaciones imaginables.
El líder autoritario

toma las decisiones, da órdenes y normas, impone su criterio, es el único responsable, da pocas explicaciones de sus acciones o nin¬guna; sólo él conoce el curso posterior de la actividad que se desarrolla en el grupo; señala los objetivos, distribuye las tareas, designa a los miembros de cada equipo.
El grupo dirigido autocráticamente soporta mayor hostilidad, descontento, competición; los miembros son menos creadores y más dependientes; las reacciones suelen ser agresivas en unos y apáticas en otros.
El líder paternalista

es amable, cordial, paternal; deja discutir pero al final expone sus opiniones de peso y terminantes que deben ser acatadas.
Louis Blumenthal clasifica al “líder estricto” como administrador autócrata (autoritario e individualista), y al “líder” como administrador democrático (que tiene sentido social). Citado por Johannot, op. cit., pág. 46.
“Debemos aclarar que el líder que describimos no es malévolo ni autocrático por naturaleza. No ha elegido deliberadamente esta manera de actuar. En realidad, es probable que esté lleno de buena voluntad hacia los niños y animado por un sincero deseo de poner lo mejor de sí mismo en la enseñanza. Si ejerce dominio sobre la clase, ello se debe a que es el producto lógico de una serie de experiencias que han servido para convertirlo en un autócrata.
La filosofía del aprendizaje cuya influencia ha recibido, lo ha condicionado de tal modo que el autoritarismo le parece la única forma de sentirse seguro en la enseñanza. No ha tenido aún experiencias que Podrían permitirle estar cómodo en medio de una clase en la que los miembros del grupo contribuyeran a la planificación.
Quizá carezca, inclusive, de los conocimientos que harían posible esa actividad conjunta entre líder y miembros del grupo.
En resumen, es una víctima de la tradición según la cual la tarea del líder consiste en controlar y dirigir a los miembros del grupo. “Para el bien de todos”.
Es como un buen papá que cuida de su “querido rebaño”. Este tipo de liderazgo “es efectivo en nuestras escuelas, donde el líder elige los textos, decide los objetivos de sus alumnos, establece las reglas de conducta, protege al niño contra las consecuencias de decisiones erróneas. Pero en este tipo de grupo, los miembros no se desarrollan, no crecen, porque carecen de oportunidad para tomar decisiones y aprender de sus propios errores, es decir, para adquirir responsabilidad. El líder paternalista influye por su aire de protector y de experto. Se resiente si se le hacen observaciones o se discuten sus decisiones. En lenguaje popular podría decirse que maneja al grupo “por las buenas”. “La inmadurez genera el paternalismo, y el paternalismo genera la inmadurez” (Gibb) -

El líder democrático

confía en la capacidad del grupo, favorece las discusiones, pide y toma en cuenta las opiniones del grupo antes de tomar decisiones; la responsabilidad es compartida por el grupo; da explicaciones y permite criticas aceptándolas; deja libertad a los miembros para trabajar a su gusto y elegir sus equipos. Los grupos de estructura democrática están más motivados para la tarea, las relaciones personales son más estrechas y cordiales, hay más comunicación, menos hostilidad, y mayor desarrollo personal de los miembros.

El líder pasivo

(Iaissez-faire) actúa poco, deja hacer a los miembros pos su cuenta, no toma decisiones ni orienta; las discusiones son incontroladas, la estructura del grupo es débil y de carácter individualista. El grupo carece de incentivos, hay tendencia a discutir por discutir sin llegar a tomar decisiones; hay escaso espíritu cooperativo y los miembros se desarrollan poco.
Liderato participativo: “En el grupo que actúa por participación los miembros trabajan en conjunto para lograr elevada cohesión de grupo.., se asigna la máxima importancia al crecimiento y desarrollo de todos los miem¬bros, ninguno de los cuales es líder...; todos los objetivos y actividades son elegidos por el grupo...; se reduce a un mínimo la intimidación.”
Este tipo de estructura puede funcionar en grupos suficientemente maduros, experimentados. Es en cierto modo una meta para los grupos que recién se inician.
Como ya se ha dicho, las técnicas de grupo requieren un tipo de liderazgo democrático, porque es el que mejor se ajusta al espíritu y a la filosofía subyacente en ellas, y el que más adecuadamente responde a los objetivos expresos: desarrollo de la personalidad, responsabilidad, iniciativa propia, creatividad, autonomía, cooperación, solidaridad.Por lo tanto, el conductor de grupos que utilice estas técnicas habrá de ser un líder de tipo democrático según la descripción que acabamos de hacer.

Las características asignadas al profesor de núcleo básico coinciden con los rasgos del líder democrático. El objetivo más importante de la introducción de la Dinámica de grupo y de sus técnicas en el medio social, quizá sea precisamente cambiar el estilo, el espíritu del grupo social; lo cual depende en primerísimo grado del tipo de relación entre el director y su gente.

ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA SU DESEMPEÑO COMO LÍDER DEL GRUPO

I. Haga lo posible para abandonar la “postura de profesor tradicional; reprima los deseos de disertar o dictar cátedra; no se deje vencer por la rutina de “imponer orden y disciplina”. Sí necesita ser escuchado diga cosas interesantes para el grupo; hágalos participar activamente en planes y decisiones. Trate de presentar una imagen de su persona totalmente desconectada de “lecciones y libreta”. Recuerde que el grupo debe aceptarlo; usted no puede imponerse. (Tendrá una buena señal el día que los alumnos lamenten que usted haya faltado...)
II. No intimide: sea cordial y comprensivo, no amenace, no reprenda, no castigue. Analice las situaciones difíciles comenzando por analizar su propia conducta y adopte las actitudes necesarias dentro de la dinámica propia del grupo y del momento. No presione, ni directa ni indirectamente, al grupo para que acepte su punto de vista. (Recuerde lo fácil que es caer en el rol de “líder paternalista”...)
III. Tenga confianza en el grupo: las personas son capaces de muchas cosas valiosas a poco que les dejemos aprender a desempeñarse por sí mismos. Ellos aprenderán a actuar en grupo quizá con mayor facilidad que nosotros, porque no tienen un “lastre” tan pesado como el nuestro... No se desaliente si en las prime¬ras reuniones las cosas no salen del todo bien; el aprendizaje costará un poco a todos...
IV. Ponga buena voluntad para aceptar las decisiones que tome el grupo, en la medida de lo posible. Para ello propóngales que decidan solamente sobre aquello que luego podrá ser aceptado y cumplido.
V. Estimule la comunicación horizontal en todo el grupo. La interacción no debe efectuarse sólo con usted, sino también entre ellos. Intervenga cuando sea indispensable, ejercítese en el arte de saber escuchar.
VI. No confíe demasiado en el “razonamiento lógico” para mantener el buen clima del grupo; las relaciones humanas se rigen ante todo por los sentimientos...
VII. Analice sus propias inhibiciones y temores hasta poder superarlos. Es preciso que usted se sienta seguro de sí mismo, sin interferencias mentales de “inspectores”, “Hoja de concepto”, o el “qué dirán”... Su dominio de sí, su aplomo y serenidad se contagiarán al grupo. (Como igualmente se contagiaran su nerviosismo o su inseguridad).
VIII. Siga el procedimiento de cada técnica de grupo; pero no olvide que ellas necesitan también de su espíritu de iniciativa y cierta dosis de ingenio y creatividad.

                                                                                   Tomado del libro de Nelson Astegher “Manual de Liderismo”.


Si a usted le interesa el tema del liderismo en el terreno educativo, le sugiero ingresar a la página www.institutoicep.neositios.com, entrar en documentos y bajar el ebook de Nelson Astegher (de mi autoría) “Manual de Liderismo”. También puede ser de su Interés ”El Pensamiento Sistémico” de N. Astegher.
De todas maneras si le interesan el resto de los documentos en la página, puede bajar el que guste.

Nelson Astegher 

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