TÚ, TE MERECES EL CIELO

[Nelson Astegher]

 Tú te mereces el cielo, siempre lo has merecido, sólo que te dijeron que no lo merecías, que tenias que ganarlo; que el cielo era solo para los apóstoles y los profetas. Además de que los milagros no existían, como pequeño mortal, debías esperar que un dios duro tuviera la amabilidad de llenarte de presentes o de cortarte la cabeza.

Durante mucho tiempo, tras agotadoras jornadas, buscaste en libros, en filosofías y religiones, algo que intuías, pero no podías definir con certeza. Y ese algo llegaba a ser: felicidad, abundancia, amor, Dios, libertad y verdad. Y perdiste la esperanza cuando percibiste un destello de esa verdad, y al tratar de alcanzarla la viste desaparecer en la lejanía. ¿Nunca imaginaste que eras un dios en embrión?. Pero, sabe ahora, que el dios que buscabas, la abundancia y la felicidad que anhelaste siempre han intentado manifestarse desde adentro de ti.

Sí, una sabiduría sin límites fluye desde tu interior, como un río de vida; aprende a reconocerla. Eres un triunfador, la abundancia está al alcance de tu mano, hay de sobra y para todos. Pero comprende que no la tuviste hasta ahora porque no creíste merecerla. Hay un pequeño niño dentro de ti de no más de cinco años que creció maltratado y desamparado, y espera que lo ames. Sí, recompone el amor de ti mismo y comenzaras una nueva vida, una nueva existencia.

Toda la sabiduría fluye dentro de ti, ¡déjala salir!. Sólo, ¡inténtalo!. No existen las casualidades y no creemos que sean aleatorios los caminos que conducen al conocimiento del YO inmortal que late en tu interior. El estar leyendo estas palabras, significa para ti haber comenzado a librarte de los ladrones que roban la fuerza del alma. Estos son peores que los ladrones del mundo, te atraen a la ciénaga de esperanzas falsas para luego abandonarte en la mayor oscuridad y desaparecer para siempre.

Sabe que tu escuela, tu abundancia, tu templo y la totalidad de las posibilidades, están al calor de tu propia chimenea, al amparo de tu hogar. Mucho está reservado para quienes comprenden esto. Muchas verdades recibirán de sus seres amados y a su vez serán sus maestros Quizá nunca reconozcas a tu maestro cuando aparece, porque puede estar oculto en tu amigo, amiga, esposo, esposa, hijo o hija, en el amigo que se interesa por ti, en tu vecino, en el vagabundo que toca a tu puerta o en el desagradable hombre o mujer que no aceptas.

Comprende que todo está bien en tu vida, que existen maravillosas fuerzas en lo más íntimo de tu ser, que si logras comprender y gobernar, te permitirán realizar empresas que jamás hubieras podido soñar. Tú, eres tu propio arquitecto. Observa tu entorno. Esta cubierto de abundancia para ti. Armoniza entonces tus deseos con los anhelos más profundos de tu corazón y extiende tu mano para tomar lo que siempre has merecido: la abundancia y el bien en que mereces deleitarte.

Tu abundancia, tus éxitos o tus fracasos, están en armonía con lo que crees, y lo que crees determina lo que puedes. Tu alma edifica lo que le hayas enseñado a esperar, y tus anhelos, lejos de ser fantasías o ilusiones, son profecías, anuncios concretos de futuras realidades.

Avanza hacia el encuentro contigo mismo; para recorrer el largo camino que conduce de la servidumbre a la conquista de tu ser y al encuentro con tu Yo interior. Las llaves permanecen dentro de ti. Las llaves de acceso a la sabiduría, al conocimiento y a la felicidad. Así te sea hecho.

Nelson Astegher