UN GRAN HOMBRE QUE NOS HABLA DESDE SU ESENCIA FEMENINA

[Luzmila Guisao Peña]

UN GRAN HOMBRE QUE NOS HABLA DESDE SU ESENCIA FEMENINA

CHAMALU

Un hombre con una extraordinaria sensibilidad hacia el universo femenino sabe más de feminidad que nosotras las mujeres. Nos habla con tal certeza como si la misma madre tierra se expresara por él, sacude nuestras entrañas hasta el más alto grado de asombro, despierta la vibración de un género relegado e inmerso a las normas estereotipadas de la sociedad y sus enormes falacias, sus grietas generacionales y su gran misión delegada al olvido. Chamalu, kechua, janajpacha, Cochabamba-Bolivia, poeta y ángel apocalíptico que con su retumbar amoroso nos invita a SER, de una vez por todas, abandonando el miedo y la desidia.

LUZ MILA GUISAO

“Vivimos tiempos paradójicos, como si una nefasta inteligencia organizara todo al servicio de implícitos intereses siempre girando en torno al dinero y poder, altamente adictivos cuando no es grande la consciencia en que se encuentra la persona y al interior de un riguroso trabajo interior. De alguna manera para los que detectan el poder, somos números anónimos, mercados o botines de guerra, masas consumistas alienadas y manipulaciones a las cuales hay que abordar con majadera insistencia para crearles nuevas necesidades garantizando de esta manera beneficios constantes y crecientes amparados en la filosofía del TENGO LUEGO EXISTO. Probablemente el destino no sea más que una insinuación de Dios, una especie de sugerencia que no atenta contra el libre albedrio y que no hace falta vivir al pie de la letra, pues para ellos somos creativas sin embargo, es imprescindible saber lo que queremos, estar seguras del rumbo que estamos otorgando a nuestros pasos cada día. No es suficiente abandonar el rebaño, hay que saber a dónde nos dirigimos; no es suficiente ser buenas, además precisamos liberar toda nuestra inteligencia, históricamente subordinada y relegada a papeles secundarios que, obviamente, resultan más cómodos. El problema es que apestan, porque el agua de nuestra conciencia allí se estanca al no estar prevista nuestra autorrealización.

Vivimos tiempos convulsionados, empero dentro de cada una debe activarse un manantial de paz. Es decir, el compromiso urgente potenciar nuestro mundo interior para evitar que el convulsionado mundo exterior nos aplaste. Ello es posible e imprescindible, es requisito de supervivencia estar bien porque el amor está reservado para quienes arribaron al puerto de la felicidad, que supone un viaje por nuestro océano interior. Solo cuando estamos bien podemos amar, solo el amor nos protege porque el que ama cumple todas las leyes. Habitar este tiempo supone un compromiso de honestidad con una misma para no mentirnos, para no auto engañarnos. Afuera hay problemas, mas si somos buenas aprendices tendremos la capacidad de convertir todo lo que nos ocurra en enseñanza y traducirlo en conocimiento que, con nuestro trabajo interior, podrá ser elevado a nivel de sabiduría, o sea el arte de no complicarse la vida, pase lo que pase. Como te darás cuenta, este es un mensaje para corazones valientes, para mentes abiertas y mujeres dispuestas a encarnar en ellas a la súper mujer que late embrionariamente en todas, cada una tiene su momento y su ritmo, nuestros seminarios de energía femenina alrededor de todo el mundo así lo testifican. Menos mal que cada vez precisamos menos cosas y amamos más la libertad que es otra condición de existencia digna: no lo olvides.

Quizá este sea un buen momento para retoman las riendas de la vida en nuestras manos después de estar tanto tiempo en manos de otros: de los padres, de los hijos, del esposo y cuando todo ello faltaba, de algún hermano voluntarioso dispuesto a realizar lo que no era necesario. Tanto tiempo como menores de edad y tantos tropezones en ese intento de las últimas décadas para liberarnos; momentos de confusión, intentos de imitación al hombre en la oportunidad que tiene de cometer aberraciones con impunidad, que equivalen a dar un paso adelante cuando entramos al borde del abismo. Menos mal que el tiempo y los errores ajenos son tan didácticos, que terminamos dándonos cuenta de que no estamos solas, de que todo el universo ampara a quienes de verdad acumulan la sed del crecimiento y están dispuestas a construirse en devotas de la vida plena. Quizá no es casual que este mensaje esté en tus manos. ¿Te atreverías a compartirlo? De todas maneras si no coincides, regálaselo y recomiéndaselo a las mujeres que no te caen bien.

Mis células vibran cuando hablo de la libertad. Estar viva es una buena noticia y cada día se renueva la novedad en forma de regalo que, vestido de amanecer desplaza a la noche; me siento caminando al futuro sin dejar de vivir el presente, que al final es lo único que está presente.

Estoy viva, ¡gracias universos por tamaña gentileza!; es bueno estar viva, poder caminar, tropezones incluidos, levantarse después de la caída y con el tiempo, ver crecer a las sedientas de vuelos multidimensionales. Es bueno estar viva tener los ojos de la vida abiertos, como invitando a la plenitud a ser inquilina permanente. Siento que la mejor forma de vivir es amar sin condiciones, que mi libertad de amplia cuando se reducen mis necesidades; en verdad, ahora comprendo que no necesito tantas cosas. Por ejemplo, no necesito que todo el mundo me comprenda, ni preciso buscar apoyos en otra parte fuera de mi, no necesito trabajar mucho para obtener cada vez más dinero, ni comprar tantas cosas innecesarias; no necesito el visto bueno de nadie ni aplausos de amistad, no necesito de otros para ser feliz sé que es agradable compartir la felicidad que me invade y brota desde dentro, que me apetece contagiar mi amor pero sin esperar nada a cambio, absolutamente nada.

Estoy empecinada en vivir plenamente con indiferencia de lo que ocurra en mi entorno. Por ejemplo, en mi caso dispongo de una encantadora parentela que en su mayoría no me entiende; hay quienes incluso no soportan mi felicidad, parece una ofensa ser feliz en medio de rebaños infelices. Pienso que de vez en cuando vale la pena llorar, pero de felicidad.

Desde que aprendí a meditar, el silencio me ha persuadido de que disponemos de guardianes invisibles que caminan a nuestro lado siempre y cuando nuestra vibración no los espante. Por ello, estar mal es una polución auto destructiva. Acaricio mis sueños cada mañana, ¡considero millonarias a las mujeres que gestan y transportan abundantes sueños: es nuestra manera de protegernos, y si de vez en cuando nos atrevemos a encarnarlos estalla una fiesta en el universo, que siempre está pendiente de nosotras!

Cada ida me despierto con más agradecimiento. Agradezco el regalo de un nuevo día, tomo conciencia del hecho de estar viva, elogio la vibración que caracterizará mi día y salto de la cama dispuesta a no desperdiciar ni un instante, pues cada momento es una partícula de eternidad. Salgo a la calle, camino en paz, acreciento mi fortaleza dejando intacta mi sensualidad –la verdadera guerrera es tan fuerte que puede prever el conflicto y evitarlo-. Desde la azotea de mi optimismo mi silencio grita: ¡SOY YO MISMA!, sin prepotencia ni baja auto estima; sin soberbia ni debilidad, soy yo misma. Cada día intento ser lo mejor de mí. Cuando estoy con otra persona trato, desde la más profunda autenticidad por qué no soporto máscaras, que ella reciba lo mejor que tengo en ese momento. Entonces mi vida fluye festivamente, el crecimiento convierte a cada instante es un festival. Sin duda, vale la pena vivir.

Desayuno amor, almuerzo caricias, ceno abrazos, sueño paraísos, el éxtasis me delata, la gente no me entiende, mas no apagare el volcán de mis sueños. No lo hice, desde que mi alma se fugó de la prisión de lo convencional; es que para ellos no está prevista la plenitud, ni la sabiduría; hasta la honestidad está mal vista y la libertad tiene mala fama. Al principio tuve que recolectar mi cuerpo, mis cuerpos, a pedazos; estaban desparramados y mi alama chamuscada por tanto error inducido. No, ellos no tienen la culpa, la sociedad solo quiere que todos nos parezcamos al modelo que necesita para continuar reproduciendo un estilo de vida para el cual la vida no tiene importancia.

“la felicidad siempre es oportuna”, me digo a mi misma con frecuencia para no dejar de disfrutar en ninguna circunstancia, porque nunca sabemos de antemano lo útil que puede resultarnos, a la larga, una situación que en principio nos desagrada. Desde que me enamoré de la vida, mi optimismo siempre sale intacto. Es que es tan breve la vida, que quien se complica o sufre, la reduce más todavía. Además me hice amiga del silencio y él me enseñó que en este tiempo todo sufrimiento es estéril, que sufrir ya no genera mérito, ni nos reserva una parcela de cielo en el mas allá; el silencio también me dijo que cuando una se muere, inmediatamente le preguntan si fue feliz en la tierra, para el resto está reservado el infierno y allí por lo visto, nunca llueve.

…¿Domesticar mi alma?... no gracias, es que tengo prohibido ser infeliz. Gracias.

[Luzmila Guisao Peña]

Mirarnos en ese espejo humeante que nuestros congéneres masculinos nos muestran, es la mejor manera de comenzar a dimensionarnos, o mejor a redimensionarnos con mayor grado de justicia, la igualdad solo puede ser el equilibrio entre las naturales diferencias, entre la aceptacion de las diferencias básicas y fucionales del mundo. solo así encontraremos algún dia, el poder que transferimos, inconscientemente, a todas nuestras circunstancias vitales.